El agente 007 desea retirarse y sentar cabeza, pero una nueva amenaza mundial lo obliga a volver a la acción.
Al parecer los muchos años de servicio pesan ya sobre James Bond (Daniel Craig), que está decidido a retirarse para formar una familia al lado de su pareja Madeleine (Léa Seydoux). Sin embargo, un atentado contra su vida trastoca sus planes sentimentales y, cuando su viejo amigo, el agente de la CIA Félix Leiter (Jeffrey Wright) lo invita a colaborar en la investigación del robo de un arma terriblemente letal que pone en riesgo la paz del mundo, Bond se ve compelido a participar. La búsqueda le llevará a descubrir una conexión entre el robo del arma, un atentado y Madeleine. Las sospechas iniciales recaen sobre Ernst Blofeld (Christoph Waltz) como el autor intelectual, pero es entonces que un nuevo psicópata, Lyutsyfer Safin (Rami Malek) hace su aparición. En su periplo internacional, el agente recibirá ayuda de Paloma (Ana de Armas) y Nomi (Lashana Lynch).
Aunque en términos generales la trama guarda numerosas similitudes con las cintas precedentes, en “Sin Tiempo para Morir” los guionistas Neal Purvis, Robert Wade y Cary Joji Fukunaga introducen algunos elementos que añaden una perspectiva más humana al popular agente, como la seriedad de su nueva relación sentimental y sus planes de retiro. Las escenas de acción son espectaculares y aunque la historia es larga y en ocasiones compleja, es capaz de mantener la atención del espectador hasta el final. No faltan los prodigios técnicos de los artilugios al servicio del agente, así como los increíbles atributos del icónico automóvil Aston Martin. El interés de Bond por salvar el mundo aparece genuino a pesar de que en algunas circunstancias se ve movido por la venganza personal.
Debido a violencia estilizada abundante, algunas situaciones de lenguaje vulgar, relaciones sexuales sugeridas y temas adultos como la venganza y relaciones extramaritales, está clasificada por la MPAA con contenido para adolescentes y adultos