Musical biográfico del cantante Elton John, su niñez precaria y las heridas emocionales que cobraron factura.
Elton John (Taron Egerton) se presenta en un grupo de ayuda para dejar sus adicciones, vestido en uno de sus disfraces característicos y extravagantes. Allí empieza a reflexionar sobre su terrible infancia; su sed de sentirse amado, aceptado y afirmado, especialmente por su padre (Steven Mackintosh). Por otro lado, su madre Sheila (Bryce Dallas Howard) joven inmadura, cuyo deporte favorito era quejarse de las largas ausencias de su esposo y el poco dinero que éste aportaba, no ayudaron a crear un ambiente favorable y acogedor para el niño Reginald Dwight (Matthew Illesley). Sólo Ivy (Gemma Jones), su abuela materna, percibía la desdicha del pequeño Reggie y, con un trato amable y cariñoso, alienta su interés por estudiar música. Ya siendo un joven conoce a Bernie Taupin (Jamie Bell) un talentoso escritor que buscaba quien pusiera música a sus innumerables letras. Ambos forman equipo y se desarrolla una verdadera amistad. Pero la fama y la fortuna también atraen muchos problemas que comienzan cuando Elton cree encontrar el amor en John Reid (Richard Madden) una pareja de su mismo sexo.
El director Dexter Fletcher entrega una cinta que interesará especialmente a los seguidores de la música del cantante británico Elton John. Como cinta musical cumple las expectativas de los “fans” ya que se las ingenia para relacionar las experiencias del personaje con las letras de las canciones. La actuación de Taron Egerton es creíble. La historia ayudará a los espectadores a entender el origen de la orientación hacia el mismo sexo del cantante. Por otro lado, la película presenta una imagen indulgente de la homosexualidad.
Debido a situaciones de sexo heterosexual, escenas de romance y sexo homosexual, uso constante de drogas duras, maldiciones y expresiones vulgares, discusiones, insultos y un intento de suicidio, está clasificada por la MPAA con contenido para adultos.