Una familia enfrenta una situación demencial en la que es asolada por asesinos iguales a ellos.
En 1986, la niña Adelaide Wilson (Madison Curry) camina hacia un laberinto en la casa de espejos en una feria playera en Santa Cruz, California. Allí ve algo que la asusta. Ya adulta, Adelaide (Lupita Nyong’o) se dirige con su esposo Gabe (Winston Duke) y sus dos hijos: Zora (Shahadi Wright Joseph), y Jason (Evan Alex) a pasar las vacaciones cerca de la playa, en la casa donde vivió en su infancia. Gabe propone pasar el día en Santa Cruz y Adelaide intenta evitarlo debido al suceso de su niñez. Finalmente cede y todos pasan el día en la playa conviviendo con unos amigos presuntuosos y desagradables. Por la noche, ya en casa, se ven asediados por una familia -muy parecidos a ellos- agresivos, enojados, armados con tijeras y que amenazan entrar.
El director y escritor Jordan Peele que realizó “Huye” (Get Out, 2017), ahora entrega esta cinta de fantasía y horror, además de algún momento de humor, que utiliza la música para crear momentos escalofriantes. En esta producción, que tiene muchos cabos sueltos, resalta una crítica social hacia sistemas económicos o ideologías que usan, ignoran y desechan a muchas personas que son como nosotros, que pueden tener aficiones parecidas y el color de la piel como la nuestra. El sufrimiento generado por esa situación propicia la acumulación de rencores que, tarde o temprano, estallan con ira a través de actos de barbarie contra los que tienen todo y los ignoraron durante mucho tiempo. Después de esa justificación de los desprotegidos, el director comete una gran falta de sensibilidad y de equidad al mostrar con un enfoque maniqueo a dos familias, una de origen afroamericano educada, funcional y unida y, en cambio, la de raza blanca es exhibida disfuncional, los esposos alcohólicos, se odian, se utilizan y apenas se soportan entre ellos.
Unido a una atmósfera de suspenso constante hay una gran cantidad de asesinatos y algunos se realizan con sadismo y profusión de sangre, por lo que las personas que les disgusta la violencia gratuita podrían sentirse incómodas.
Debido a violencia sangrienta, asesinatos, torturas, niños en peligro, lenguaje grosero constante y una insinuación sexual entre esposos, está clasificada por la MPAA con contenido para adultos.