Mientras las adicciones llevan a un músico talentoso en una espiral descendente, éste impulsa a una joven a desarrollar su carrera artística.
Jackson “Jack” Maine (Bradley Cooper) es un cantante “country rock” que, en un bar de mala muerte, escucha cantar a Ally (Lady Gaga) y queda fascinado por su voz y su personalidad. Ambos quedan conectados desde el primer momento y Jack le ayuda a adquirir autoestima y olvidarse de los comentarios hirientes que le hizo algún comerciante de la música cuando determinó que la joven tiene buena voz, pero su nariz es demasiado grande. Luego, en sus conciertos, Jack la anima a cantar para que pierda el miedo al público. Se despierta así en Ally su genio creativo y, segura de sí misma, tiene éxito también como compositora. El romance florece, pero un gran demonio se interpone entre ambos: las heridas afectivas que han hecho de Jack un tipo depresivo, adicto a las drogas y al alcohol. ¿Podrá el amor de ambos superar ese obstáculo?
Bradley Cooper, quien se estrena como director, es también coguionista con Eric Roth y Will Fetters y toma el papel como cantante masculino de la historia ya contada en tres películas anteriores de 1937, 1954 con Judy Garland y 1976 con Barbra Streisand. Ahora en 2018 toca el turno a Lady Gaga para hacer esta fórmula ya muy experimentada que ha resultado taquillera.
El talento de Bradley Cooper hace de este refrito una cinta atractiva, por su dedicación y cuidado en los detalles. Para no ser una actriz consumada, Lady Gaga hace una buena interpretación y Cooper sorprende con su aplomo y desenvoltura como cantante, mostrando aptitudes artísticas desconocidas hasta ahora. La banda sonora está bien colocada para acompañar los sentimientos de gozo, añoranza y dolor.
En resumen, es una buena producción en su género que, además, tiene el valor agregado de hacer notar que en el mundo del éxito y la fama también se paga un precio muy alto al perder la privacidad, la estabilidad y la autonomía.
Debido a maldiciones y palabras altisonantes constantes; violencia que implica puñetazos en un bar, relato de los errores de un padre y de un intento de suicidio en la niñez, varias escenas de sexo prematrimonial con desnudos parciales, imagen fugaz de una mujer desnuda saliendo de la bañera, un hombre disfrazado de mujer que muestra sus pechos de plástico para que sean autografiados y situaciones gráficas de uso de drogas duras y abuso de alcohol, está clasificada por la MPAA con contenido para adultos. www.cinesintesis.mx