La torre de la que depende el control del universo está custodiada por un pistolero, pero un hechicero malévolo está dispuesto a destruirla.
Jake Chambers (Tom Taylor) es un adolescente que tiene pesadillas recurrentes en torno a un hombre vestido de negro que utiliza niños para destruir el mundo y el único que intenta detenerlo es un pistolero llamado Roland Deschain (Idris Elba). Debido a la muerte del padre del chico en el cumplimiento del deber y a las nuevas nupcias de su madre, ésta cree que las pesadillas se deben a las situaciones dolorosas por las que ha pasado su hijo.
Gracias a una pista en sus sueños, Jake descubre un portal que lo transporta al mundo donde se desarrollan sus pesadillas y comprueba que todo es real. El hechicero vestido de negro se llama Walter O’Dim (Matthew McConaughey) y trata de destruir una torre que sirve de contención de toda clase de males. Si logra derrumbarla, el universo quedará indefenso y se desatará un gran caos con la entrada de unos terribles monstruos. Roland sólo piensa en la venganza debido a que Walter asesinó a su padre (Dennis Haysbert), pero Jake lo exhorta para que no sea egoísta y dedique su fuerza y habilidades a salvar la torre y por consecuencia los mundos que dependen de que la torre se conserve tal como está.
Cuatro escritores del guion incluyendo al mismo director de esta producción, Nikolaj Arcel, no pudieron hacer una mejor adaptación de la novela de Stephen King; se tomaron muchas licencias, resultando un cuento obscuro de ciencia ficción lleno de clichés sobre energía, poderes paranormales, hechizos, venganzas, incluyendo un ser demasiado cruel y despiadado. Una línea positiva es el lazo que se forma entre el pequeño huérfano -deseoso de una figura paterna- y el personaje de Idris Elba.
Debido temas de ocultismo, venganza, torturas, niños sometidos a crueles procedimientos, tiroteos, asesinatos y lenguaje grosero, está clasificada por la MPAA para mayores de 13 años.