Un mutante decide proteger a un adolescente perseguido por un brutal ciborg que ha llegado del futuro.
El mercenario Wade Wilson /Deadpool (Ryan Reynolds) ha tenido tiempos difíciles debido a la pérdida de una persona cercana. Busca entonces refugio con los X-Men y allí conoce a Russell (Julian Dennison), un adolescente que, enfurecido, intenta incendiar un centro juvenil de rehabilitación de mutantes a cargo de un sádico director (Eddie Marsan). Se desata un enfrentamiento entre ambos y son llevados a prisión, a donde llega Cable (Josh Brolin), un poderoso soldado del futuro, con la intención de acabar con Russell a fin de prevenir crímenes en el futuro. Como Cable es muy poderoso, Deadpool hace equipo con otros mutantes para defender al chico.
Esta secuela, dirigida por David Leitch, iguala en contenidos extremos a la cinta que le precede. El guion fue escrito por Ryan Reynolds en colaboración con Rhett Reese y Paul Wernick y gira alrededor de un antihéroe parlanchín, procaz y violento, con bromas sobre cultura pop y alusiones a personajes de películas de héroes de historieta. No es una película común de superhéroes puesto que la historia está saturada de lenguaje muy vulgar, violencia sangrienta extrema y humor ácido dirigido a adultos. Hay un par de temas rescatables, como la necesidad de las buenas obras como condición para gozar de paz en la eternidad y la trascendencia que tiene el rescatar a un niño o adolescente de un estado de frustración y abandono emocional para hacerlo sentir aceptado y afirmarlo como una persona valiosa. Sin embargo estos aspectos positivos se ven sofocados por una avalancha de vulgaridad y violencia.
Debido a humor ácido, lenguaje grosero, agresivo y obsceno, violencia gráfica sangrienta abundante, desnudez masculina trasera, breve imagen de genitales de niño y un tema lésbico, así como uso de drogas, está clasificada para adultos por la MPAA. www.cinesintesis.mx